De las víctimas de acoso.

De las víctimas.

Todos tenemos nuestra perspectiva de quiénes pueden ser víctimas de acoso. Dicha perspectiva se basa en nuestras propias discriminaciones y eso es algo vital para entender el proceso del acoso en nosotros mismos. Si nos sentimos identificados en el desagrado y discriminación hacia una persona es más fácil calificar el hecho como algo sin importancia, o peor aún, algo justificado.

Debemos tener especial cuidado en cómo nos expresamos de los demás frente a nuestros hijos; es ahí cuando transmitimos el odio hacia los “inferiores” y esa es la receta para iniciar el bullying.

Los humanos no nacemos discriminando, ese es un comportamiento aprendido. Lo podemos copiar de casa, de la comunidad, de los estereotipos en los medios de comunicación y de otros lugares en los que se haga manifiesta la superioridad de una raza, creencia o estilo de vida y se le dote de cualidades asociadas al éxito, a la bondad, etc.

Sólo hay que echar un pequeño vistazo a nuestros estereotipos de belleza: delgadez extrema, tez blanca, cabello rubio, ojos de color claro, cuerpos torneados por el ejercicio y profesiones asociadas con el mundo de la farándula, los deportes o la música popular. Cómo no vamos a tener una población deseosa de convertirse en una “súper estrella” si por una película ganan millones de dólares Vs un médico o un ingeniero que difícilmente verán esa cantidad en sus vidas.

Las víctimas más comunes en las escuelas de todo el mundo siguen siendo los infantes pasados de peso, los que usan anteojos, quienes tengan algún problema del lenguaje o psicomotriz, las niñas “feas” (1).

En casa reforzamos ese estereotipo por la sencilla razón de pertenecer al mismo grupo social, tener los mismos anhelos, remordimientos, sueños y represiones. Hay tal cantidad de gente luchando por el cuerpo perfecto, aun si se sale de los estándares saludables, que existe un problema grave de autopercepción, esto ya no sólo es válido para las mujeres, ahora también los hombres sienten esta presión. Un infante que en su casa vive el sufrimiento de sus padres o la presión de tener el cuerpo perfecto, no va a dudar en ver a un compañero como inferior o desagradable si él o ella tiene sobrepeso; peor todavía, si ese infante padece de sobrepeso, va a aceptar el acoso como algo merecido.

Es en este momento en el que todos debemos reflexionar y reconocer nuestra inmensa capacidad para discriminar, identificar a nuestros monstruos y hacer las paces con ellos, de ahí y sólo de ahí va a salir la fuerza necesaria para ayudar a nuestros hijos a ser incluyentes y a respetarse unos a otros.

La labor es titánica, por eso las acciones de prevención son importantísimas, ya que de ellas van a nacer las futuras generaciones libres de tal cantidad de prejuicios. Pero eso no significa abandonar a los millones y millones de seres quienes ya sufren de acoso y de discriminación, a ellos debemos apoyarlos no importa la edad que tengan.

En mi práctica, la dificultad más grande que enfrento no es con los niños y sus creencias, es con sus padres, los cuales no están listos o dispuestos a cambiar sus alianzas con lo que ha sido su vivencia de la justicia, la igualdad y la equidad.

 

  1. Garbarino J.; deLara E. (2002). And words can hurt forever. How to Protect Adolescents from Bullying, Harassment and Emotional Violence. Free Press. New York.
               Imagen: Tannia Lozano (2015). Víctimas de todos los tamaños.

Persona, ética y ciudadanía.

Esos son los ejes del programa de la Secretaría de Educación Pública para la materia de Formación Cívica y Ética de primer grado de primaria hasta tercer año de secundaria del año 2011. Es un programa longitudinal (de primaria a secundaria) y transversal (los mismos temas desarrollados para cada grupo etario).

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Se pretende que el alumno desarrolle las siguientes competencias*:

  1. Conocimiento y cuidado de sí mismo.
  2. Autorregulación y ejercicio responsable de la libertad.
  3. Respeto y valoración de la diversidad.
  4. Sentido de pertenencia a la comunidad, la nación y la humanidad.
  5. Manejo y resolución de conflictos.
  6. Participación social y política.
  7. Apego a la legalidad y sentido de justicia.
  8. Comprensión y aprecio por la democracia (1).
*De competente, no de competidor. Photo via <a href=»https://visualhunt.com/»>VisualHunt.com</a>

Considero que está muy bien hecho y no le pide nada a los propuestos por los organismos internacionales. El documento es precioso, claro, detallado, bien redactado.

Entonces, si no estamos tan mal, ¿por qué estamos tan mal?

La respuesta es muy sencilla, no se predica con el ejemplo. No hay forma de enseñar civismo cuando el Estado de Derecho no existe.

Imaginen una clase en donde se fortalece la autoestima, se enseña el respeto por las diferencias entre cada uno y se le da poder a cada alumno para salir y vivir con valores. El niño sale del salón orgulloso y lo primero que ve son coches estacionados en doble fila y basura tirada en el suelo.

La incongruencia es tal, que la lección se convierte en auténtica literatura fantástica. Para los padres de familia decididos a formar personas íntegras la labor es titánica, sin embargo, vale la pena. Sólo si se trabaja con los hijos desde pequeños se irá construyendo una nueva generación capaz de transformar la sociedad hacia un mejor camino.

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A los mexicanos nos cuesta mucho trabajo seguir las reglas, nuestra cultura se caracteriza por el ingenio y las ganas de sobresalir. El problema radica en que nuestros triunfos son mínimos y consisten casi siempre en ganar en una lucha de poder: Me meto en la fila, te doy mal el cambio, te albureo, me vuelo la clase, te gano el asiento, acelero donde sé que no hay radar y cuanta cosa se les ocurra. Convencer a todas esas personas de su error es casi imposible y el costo-beneficio es muy bajo. De ahí la importancia de empezar desde abajo; encausar ese ingenio y esa habilidad en beneficio de la comunidad, así como el propio.

La educación es lo único que nos puede sacar del hoyo y de                                                                                 las incongruencias diarias de nuestro México.

 

  1. Secretaría de Educación Pública. (2011). Formación Cívica y Ética. Programas de estudio 2011. Guía para el maestro; Primaria; Primer grado. SEP; México. Recuperado el 19 de agosto de 2016 de: http://www.curriculobasica.sep.gob.mx/pdf/primaria/1ergrado/fcye/PE-PRIM_1_FCyE.pdf