Hombres heroicos, mujeres pérfidas. ¿Cómo que Lady Pingüina?

En días recientes se hizo viral un video de pingüinos, hasta ahí todo bien.

Dicho video mostró una pelea por un nido usurpado. Las aves son animales muy fieles y muchas especies mantienen una pareja de por vida, tal es el caso del plumífero al que hacemos referencia. La historia es que, después de un año de travesía, un macho regresa a su nido para encontrarse con otro macho ocupando su lugar. Se hicieron de graznidos y acabó el asunto en un sangriento enfrentamiento. Nada que no se haya visto millones de veces en la naturaleza.

Recuerdo que Sir Richard Attenborough dijo en una de sus entrevistas que las cosas a las cuales se enfrentaban durante las filmaciones de la vida natural eran de una brutalidad impresionante, comentaba que las escenas mostradas en la televisión eran clasificación A, comparadas con todo lo omitido.

Dicho lo cual, es evidente que el video no pasó ese filtro de censura y pues ya. Pero en redes sociales no tardaron en culpar a la hembra y en apodarla #LadyPingüina (aunque no exista la palabra pingüino en femenino), la compararon de inmediato con la joven a quien filmaron besando a un hombre en su despedida de soltera, la cual fue crucificada por la sociedad y hasta se ganó el triste honor de tener su propio capítulo en la serie de Televisa: “La Rosa de Guadalupe”.

Hay personas comentando y burlándose de la situación del ave porque la hembra no le fue fiel.

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Qué pena con este medio y con otros que han hecho sus quince minutos con esta historia. Pero de lo que no se dan cuenta, es que su efímera noticia vienen a reforzar siglos de misoginia, auténticos siglos de discriminación, violencia y nulificación de las mujeres. No tienen vergüenza, y me llena de tristeza leer a chicas de todas edades compartir el video, denigrándose a sí mismas.

El feminismo no es una reacción visceral, es un marco teórico y sus fundamentos han abierto puertas para mujeres y hombres por igual. La cultura masculina está asentada a piedra y lodo, nos faltan décadas enteras de tragedias y vejaciones hacia las niñas y mujeres del mundo.

Recientemente la ONU nombró al personaje de La Mujer Maravilla como Embajadora de la buena voluntad de las niñas y las mujeres para muchos países. El nombramiento fue muy criticado por no haber usado una mujer de carne y hueso, lo cual hace pensar que ninguna de nosotras da el ancho. Una de las críticas más inteligentes al respecto nos explica cómo el personaje original describía a una fuerte e inteligente guerrera en la Segunda Guerra Mundial y la figura actual cae en los estereotipos de la mujer-objeto que plaga los medios de comunicación*. Creo que la medida fue bien intencionada, pero es una imagen complicada para manejar, no sólo por los atributos físicos de las actrices y su respectiva digitalización, sino también por su propensión a la resolución de conflictos por medio de la violencia y de relacionarla, una vez más, con un hombre exitoso como pareja sentimental.

El heroísmo no es privativo de los hombres ni la perfidia lo es de las mujeres. Los actos de unos y otros deben ser juzgados con los mismos parámetros; si la fidelidad es una condición deseable de la sociedad, la responsabilidad de haber sido infiel a la pareja es de los dos involucrados, no nada más de la mujer: fácil-resbalosa-ingrata-vulgar-buscona-loca-prostituta-malagradecida, mientras que el hombre infiel lo es porque en casa su mujer no le da lo que necesita, se lo merece por fregón, es su naturaleza el no poderse aguantar o alguna de esas otras excusas elaboradas por ellos y fomentadas por las madres de familia que educan a sus hijas como premios callados y sumisos.

No le quedemos mal a nuestras niñas y adolescentes, hay que poner todo de nuestra parte para alejarlas de la violencia de género y el abanico tan amplio de males que la comprenden.

Por cierto, esta publicación está dedicada a una mujer que llegó a la final de un campeonato de videojuegos este mes y su logro fue menospreciado por algunos al decir que: “Todos los finalistas merecen el reconocimiento”.

Claro que no, ella merece nuestra admiración mucho más que sus contrincantes por el hecho de ser mujer y haber sobresalido en un mundo de hombres, bajo sus reglas, sus albures, su violencia; ella no debe ser LadyVideojuegos, ella debe ser recordada como una campeona digna de representar a las mujeres por la ONU o cualquier otra organización.

 

* http://edition.cnn.com/2016/10/21/health/wonder-woman-un-ambassador-trnd/
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Post populi, post Dei.

El clamor del pueblo ha cambiado de medio de expresión. A pesar de que se siguen tomando las calles y haciendo pintas con protestas, la efectividad de dichas acciones está quedando opacada por el innegable poder del Post; el alcance de una denuncia es multitudinario y no se limita a las fronteras del país. Actualmente las personas han dejado de recurrir a la ley para buscar justicia en redes sociales, cada día se presentan más denuncias de asaltos captados por la cámara de un teléfono móvil y los resultados son expeditos haciendo caer el peso de la ley sobre los infractores.

A los gobernantes no les gusta ser exhibidos y cuando la presión sale de los confines del Ministerio Público más les vale actuar pronto o perder la poca credibilidad que les queda. Desafortunadamente, el número de personas con acceso a Internet es aún muy bajo, por ello se han creado grupos de defensa para quienes no tienen otra forma de ser escuchados.

La capacidad de movilización y de acción puede hacer la diferencia en la vida de muchas personas, porque, a pesar de todos los riesgos y malos manejos de la información, los datos ahí están, las imágenes o audios ahí están y son susceptibles de ser analizados por millones de personas. ¿Se imaginan lo que todos esos puntos de vista pueden hacer? No por nada existen los llamados Bots, que son programas cuya finalidad es hacer parecer que las tendencias de alguna publicación son mejores o peores. De ahí salen los números para muchas encuestas y para ensalzar o tirar por la borda planes y proyectos.

Nuestra responsabilidad es hacer buen uso de ese poder, porque, aunque la libertad de expresión existe, se deben eliminar los contenidos discriminatorios o aquellos que inciten al odio entre las personas. Es tan sencillo como no compartirlo y no comentar al respecto; en Internet la vida media de las publicaciones es muy corta y si se ignora se elimina por completo. Las compañías como Facebook y Twitter se han visto en la necesidad de proteger a los usuarios de imágenes con desnudos o contenidos violentos. No debe ser tarea fácil darles gusto a todos; yo he reportado al menos 3 fotos que considero denigrantes para las mujeres y en ninguno de los casos he recibido respuesta satisfactoria, sólo me dicen que no infringe sus regulaciones y por ello no la remueven de su sitio. Ante tal dificultad lo más razonable es hacer uno mismo el trabajo y convertirse en moderador del contenido que circula en las redes. El reto es encontrar un punto medio entre todas las culturas.

En ocasiones circulan acaloradas cadenas en Facebook, exigiendo la restitución de fotos de mujeres indígenas con el torso desnudo realizando alguna labor doméstica. Para los mexicanos no hay connotación sexual en esa imagen y sólo vemos a una mujer que representa los valores de nuestras tradiciones indígenas. Sin embargo, yo no puedo obligar al resto del mundo a vivir con mi percepción y herencia cultural; si para otros la imagen representa un desnudo que puede ser malinterpretado por ellos o por sus hijos, no tienen por qué estar expuestos a él de forma involuntaria.

De la misma forma yo me he sentido incómoda al ver personas con prácticas alimenticias, desde mi punto de vista, extremas. Ese es el respeto que debemos procurar, total, si hay quién se interese en las culturas pre-Hispánicas puede buscar la información y para quienes quieren saber cómo se cocina el perro también pueden averiguarlo sin tener que invitarnos a los demás de sus intereses.

Nunca antes en la historia de la humanidad habíamos sabido tanto de los demás. El amigo por correspondencia quedó atrás para dejar paso a la red de amigos. Podemos conectarnos con personas alrededor del mundo para conocer su forma de vida y sus costumbres. Los resultados son muy interesantes, ya que nos hemos dado cuenta en cuántas cosas nos parecemos. Todos hacemos bromas, denuncias, ayudamos a los demás, compartimos frases motivacionales, saludamos y despedimos a los meses del año, odiamos los lunes, amamos los viernes, compartimos imágenes de nuestra vida y nuestro planeta y por sobre todas las cosas, somos esclavos de las fotos y videos de gatos.

Hagamos buen uso de la maravilla que es poder estar en todos lados al mismo tiempo.

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Imagen de Grumpy Cat: Meme creator.

¿Qué será #POTUS pues? La supervivencia de la lengua en 140 caracteres.

Entre invenciones te veas.

Nuestra lengua ha experimentado un cambio radical derivado de la prisa y del espacio. Los chicos quieren decir mucho, muy rápido y con el menor número de palabras. Para ello han fusionado idiomas en acrónimos y siglas, principalmente el inglés, con el fin de decirlo todo en un lenguaje codificado muy difícil de entender para quienes estamos fuera de su grupo.

La primera vez que me enfrenté a siglas que no entendí fue en un correo electrónico que empezaba con “FYI”, la verdad me dio pena preguntar el significado y tardé muchos correos en descifrarlo: “¡Ah!… For Your Information” (para su información). De ahí pasé a las letras que al pronunciarlas juntas suenan como una palabra: “R U” (are you, por su pronunciación en inglés) o: “C V bien” (se ve bien). Luego, no sé cómo, apareció el famoso: “K hace?” y ahí las reglas cambiaron; en primer lugar, la letra “k” se pronuncia “ka”, no “qué”, el signo de interrogación va al inicio y al final, no sólo al último como en inglés.

En fin, ahora cada quién hace lo que desea con los idiomas para expresarse. La plataforma de Twitter no ha ayudado mucho que digamos con la restricción sólo poder usar 140 caracteres. Si bien es cierto que desarrolla la capacidad de síntesis, la mayor parte de la gente sustituye palabras completas con símbolos, emoticones y a veces cuesta trabajo entender lo que se quiere decir, sobre todo porque los errores de ortografía siguen apareciendo en grado superlativo.

Como comenté en la publicación anterior, trato de estar cercana a ese lenguaje y comunicar de la forma en la que se comunica la mayoría de las personas usuarias de redes sociales. Se ha vuelto un reto personal escribir una idea con buena redacción y sin abreviaturas en Twitter; la escribo una y otra vez hasta quedar satisfecha con el resultado, luego la publico sintiendo que hice bien a la patria y honor a todos mis maestros de literatura (se vale reírse).

El Oxford Advanced Learner’s Dictionary, tiene ya una sección con los acrónimos y siglas más usados por los internautas y cada año se actualiza (1). Lo que me preocupa de todo este asunto es que gran parte de ese contenido lingüístico lo adoptamos, aún sin hablar el idioma; mezclando inglés y español sin sentido real, sólo por usar lo que esté de moda.

La solución, como para casi todos nuestros males, está en la educación. Quienes tengan la fortuna de estudiar inglés en algún instituto serio o tengan hijos en escuelas con programa bilingüe, podrán experimentar un entrenamiento en comunicación para redes sociales. Ya se enseña a escribir, leer y emplear dichas abreviaturas en el contexto apropiado sin hacer menoscabo del contenido del mensaje ni del idioma. Repito, es muy buen entrenamiento en síntesis y pensamiento abstracto poderse expresar en un párrafo, pero no deformando el idioma. Enseñar a redactar es indispensable para ensayos, tesis etc., ¿por qué no hacerlo también para redes sociales? No dudo que muchos centros educativos ya lo hagan y de esa forma puedan conectar con un porcentaje de los alumnos que de otro modo no podrían enganchar en una clase de español. Habrá que hacer llegar esa posibilidad al resto de los centros educativos en el país, esperando con los dedos cruzados que no estén en paro.

Y, por cierto, después de algunos meses de leer “POTUS” en los Tweets del presidente Obama, por fin desentrañé el misterio y supe que dichas siglas significan en inglés: “President of the United States”; ya decía yo que no le podían decir así de feo nada más por que sí.

 

  1. Telephoning and electronic messaging. Oxford Advanced Learner’s Dictionary. Oxford University Press; 7th edition; 2010; Reference section; R57.
Crédito de imagen de encabezado: Photo credit: <a href=»https://www.flickr.com/photos/grwitters/3267433142/»>GRwitters</a> via <a href=»https://visualhunt.com/»>Visual Hunt</a> / <a href=»http://creativecommons.org/licenses/by/2.0/»>CC BY</a>